William Wilberforce y el conflicto contra la maldad

Hendrikus Bekhof, en su libro «Cristo y los Poderes», resalta la presencia de los términos «los principados» y «las potestades» en el texto bíblico de Romanos 8: 38-39 («Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor.») Según el mismo autor, ambos términos se refieren «a un número de realidades, que son parte de nuestra existencia terrenal, y cuyo papel es uno de dominio», «estas potestades condicionan la vida terrenal» (pag. 22) «estos principados y potestades gobiernan sobre los hombres; o más bien los poderes son las estructuras» (pag. 24) De manera concreta, estos principados y potestades se traducen en:

«El estado, la política, las clases, la lucha social, los intereses nacionales, la opinión pública, la moralidad aceptada, las ideas en cuanto a la decencia, la humanidad, la democracia- estas cosas dan unidad y dirección a miles de vidas. Con todo, precisamente porque dan unidad y dirección separan muchas vidas del Dios verdadero; les hacen creer que han encontrado el significado de la existencia, mientras que la realidad es que las aleja del verdadero significado.»

H. Berkhof – Cristo y los poderes (pag. 37)
William Wilberforce, pintado por John Russell, sosteniendo una copia del Proyecto de ley para la abolición de la trata de esclavos

El mundo «normalizado» de la esclavitud afrodescendiente y del comercio esclavo, base de la economía de la Gran Bretaña del siglo XVIII, fue parte de la realidad que le tocó vivir a William Wilberforce. En medio de la primacía de esos poderes, Wilberforce luchó contra corriente, contra los intereses económicos de un imperio, contra la anuencia de una religión oficial (anglicana) que justificaba y guardaba silencio cómplice ante las atrocidades del comercio humano y la explotación a la que se vieron sometidos. No fueron tiempos fáciles para Wilberforce. Era una voz disonante y discordante, casi un antipatriota, (El hombre más odiado de Inglaterra», llegaron a decir acerca de él) quien a través de sus iniciativas legislativas parecía que pretendía despojar a Gran Bretaña de una de sus fuentes de ganancia más importantes.

¿Por qué hizo esto William Wilberforce?

No hay un solo factor que explica el fenómeno Wilberforce, pero quiero resaltar la presencia de dos elementos muy importantes: la fe contestataria a la religión establecida, de la que participó William Wilberforce1 y que influyó en la elaboración de una teología política que fuese acorde con sus propias convicciones sociales. Y, en segundo lugar, fue también importante el conjunto de personas y organizaciones de las que se rodeó y donde participó activamente de la causa anti-esclavista. Estos nos deja por lo menos dos enseñanzas importantes:

  • Sí es importante qué tipo de literatura y enseñanza bíblica recibes o consumes al momento de decidir qué tipo de acción social o política vas a realizar. Porque si toda tu vida consumes materiales, por ejemplo, que te enseñan que no importa lo que pase en este mundo porque finalmente lo más valioso es lo que nos vaya a ocurrir cuando lleguemos al cielo porque allí habrán «calles de oro y mar de cristal». O si te dicen que el buen cristiano se somete a sus autoridades y no busca cambiar o cuestionar las condiciones existentes en un país. Imagínate lo que Wilberforce hubiera decidido hacer si hubiera estado consumiendo estas ideas «bíblicas» tan equivocadas o si se hubiera sometido a la presión de lo que cree la mayoría de cristianos en su congregación: pues, finalmente no hubiese hecho nada en contra del comercio esclavista o peor aún, lo hubiese defendido creyendo que esa era la voluntad de Dios.
  • De otro lado, es importante definir con qué tipo de personas te estás asociando. Si Wilberforce se hubiese rodeado de personas -cristianas o no- que hubiesen defendido el comercio esclavo, si hubiese dependido económicamente de ellos, si hubiese concurrido asiduamente a sus reuniones y si hubiese asumido su lenguaje y sus intereses de clase: pues hoy no estuviéramos escribiendo acerca de Wilberforce como un héroe de la fe, sino como un defensor más del colonialismo, la injusticia y la maldad.

Los «poderes» y «potestades» que Wilberforce tuvo que enfrentar

Detrás de la lucha contra la esclavitud y el comercio de esclavos, se escondían, en las corrientes ideológicas de los tiempos de Wilberforce, varias maneras de pensar; estructuras mentales que eran muy comunes y muy aceptadas en esos momentos. Estas «estructuras» [gr. stoicheas] se erigían no solo como obstáculos a la acción liberadora de Dios, sino que ejercían presión sobre la conciencia de Wilberforce y hasta podrían haber hecho dudar al propio William, acerca de si valía la pena seguir en esa lucha, si no sería una pérdida de tiempo, de dinero y de amigos el seguir persistentemente insistiendo con sus investigaciones sobre el comercio esclavo, seguir elaborando sus proyectos legislativos y seguir ejerciendo su capacidad de hacer incidencia entre los políticos de turno en favor de la justicia y la libertad. Ejemplos de estas «potestades» y «principados» son:

  • El colonialismo: la idea (antigua y contemporánea) de que hay poderes humanos que se sienten con derecho a imponer a otras personas, grupos o naciones, un curso de acción determinado, por medio del cual no son capaces de tomar sus propias decisiones, sino que están bajo la influencia y el control ideológico, político o económico de la potencia colonial.
  • El racismo: la ideología destructiva que señala la supuesta superioridad de una raza, etnia o civilización respecto de otras. Esta sensación de superioridad, generalmente está asociada al color de la piel, las costumbres culturales, el idioma o las creencias religiosas de una población.
  • La esclavitud o el comercio humano: desde tiempos inmemoriales el sistema esclavista ha sido un modo de producción real y existente en las relaciones sociales de producción a nivel mundial. Los países coloniales de han sentido con el derecho y la autoridad de disponer de las vidas de las personas derrotadas militarmente, como si fueran mercancías. Durante los orígenes del cristianismo el sistema esclavista se mantuvo vigente, a pesar del constante llamado del Nuevo Testamento a la igualdad entre todas las personas2
  • La normalización de la esclavitud en los tiempos del cristianismo medieval e incluso en los orígenes de la época moderna, contando con el silencio y/o la complicidad de la religión cristiana frente al tema de la esclavitud.

Wilberforce supo enfrentarse a todas ellas en el nombre del Señor, y finalmente, la gloria de Dios se manifestó en las estructuras históricas, políticas y económicas de la Gran Bretaña del siglo XIX. Una vida gastada e invertida en la búsqueda de la justicia. ¡Un verdadero héroe de la fe!

  1. Al respecto, la página web de biteproject señala lo siguiente: «Entre 1790 y 1830 participó de la Clapham Sect, un grupo de cristianos evangélicos que hizo campaña contra la esclavitud y apoyó el trabajo misionero en Inglaterra y sus colonias.» Sobre la influencia de la Clapham Sect, los cuáqueros y otras organizaciones disidentes a la iglesia anglicana (high church) estaré compartiendo en próximos artículos.  https://biteproject.com/william-wilberforce/ ↩︎
  2. Respecto a la propuesta novedosa del Nuevo Testamento respecto de la esclavitud, es recomendable la lectura de la Epístola del apóstol Pablo a Filemon. ↩︎