Los antiderechos no son conservadores

A raíz del hecho que la academia parece haber despertado a la idea de considerar la importancia de la acción política de los sectores religiosos evangélicos y fundamentalistas, ha surgido la necesidad de encontrar una nomenclatura que se ajuste a las características de su accionar. Y una de las primeras formas en que los académicos se han referido a estos grupos es denominarlos «conservadores» o «ultra conservadores».

En realidad me parece un término poco feliz para describir la manera de hacer política de, por ejemplo, Muñante y compañía en el Congreso del Perú. Mucho premio llamar «conservadores» a estos sectores antiderechos. Porque el evangélico promedio es efectivamente conservador, especialmente en lo moral y lo religioso, pero ese mismo evangélico promedio no es fundamentalista, ni vota necesariamente a favor de la agenda moral profamilia y provida.

En una investigación realizada por Betsabeth Condor y Oscar Amat y León, en los departamentos de Lima, San Martín y Ayacucho se realizó una encuesta a más de 1000 personas evangélicas, entre los resultados más interesantes figuran los siguientes:

  • Más del 80% de los encuestados conocían al movimiento «Con Mis Hijos No Te Metas».
  • Más del 60% opinaba que los evangélicos sí deberían participar en política.
  • Más del 60% opinaba que era necesario que las/los estudiantes recibieran una formación en Educación Sexual Integral en los centros educativos.
  • Casi el 80% de los encuestados pensaba que la educación con enfoque de género es peligrosa para la niñez peruana.
  • Más del 20% de los evangélicos encuestados creían que las mujeres tienen derecho a interrumpir su embarazo por algún motivo, especialmente en casos de riesgo de vida de la mujer.
  • Y el 40% de los encuestados no creía que el movimiento feminista tuviese como objetivo la destrucción de la familia en el país.

Se puede consultar el documento completo de esta investigación en:

¿Por qué entonces, favorecer el uso de un término que parece que vuelve más grande y más numeroso al movimiento antiderechos? Es innecesario. Creo que una de las alternativas éticas que hay que profundizar para fortalecer la democracia es hacer el deslinde entre la mayoría de los evangélicos, probablemente conservadores, pero también personas interesadas en la justicia y en el bien común, distingiéndolos conceptualmente de esta otra camarilla de «políticos de Cristo», como diría el profesor Leonildo Silveira para referirse a estos aventureros de la política, quienes están obnubilados con su tarea de detener el avance de los derechos humanos en el Perú porque sienten que los cambios que están ocurriendo en el mundo les lleva a perder el poder y el control religioso con el que han estado acumulando: dinero, influencia y presencia pública.

No actúan en la política porque quieren defender su postura ética o moral, ni para defender los intereses de los evangélicos como grupo social; lo que pretenden es asentarse en el poder religioso y político para beneficiarse económicamente a sí mismos y a sus empresas eclesiásticas, y para obtener poder para lograr imponer su visión reaccionaria del mundo a toda la ciudadanía. Para esto no les interesa restringir la libertad de las personas, promover el retiro del Perú del sistema internacional de derechos humanos o restringir el trabajo de las ONG que actúan del lado de las personas que sufren vulneración de su dignidad. Para ellos todo vale, si de restringir derechos se trata.

En este sentido, los políticos antiderechos han perdido el rumbo ético. Su enfoque es obtener resultados a cualquier costo, incluso utilizando la mentira, la desinformación o la intimidación. De conservadores estos señores no tienen nada. Sin embargo, para tratar de camuflarse con el sector evangélico, se disfrazan de líderes religiosos con discursos que invocan textos bíblicos en eventos y marchas que aparentemente tienen un contenido religioso o moral, cuando en realidad son meras acciones políticas. Si tuviéramos que utilizar un lenguaje típicamente religioso diríamos que los evangélicos antiderechos han entrado a la política y han terminado contaminándose con los esquemas mundanos que decían combatir. «Han sido pesados en balanza y han sido hallados faltos». (Daniel 5:27)

¿Deben los evangélicos participar en política?

Al observar el comportamiento político de la mayoría de representantes evangélicos en el Congreso, y en general, el de las autoridades evangélicas en los diferentes espacios de poder a nivel nacional, uno se queda pensando si los evangélicos realmente deberían participar en política.

Hace unos años, el debate sobre la participación evangélica en política tenía una connotación de reivindicación del derecho de una minoría religiosa a verse representada en el espacio público. Mientras que, el día de hoy, el debate es más bien si los evangélicos que han conquistado lugares de representación pública, reflejan un mínimo de la ética evangélica que durante casi 150 años ha caracterizado la reflexión y el quehacer de las y los evangélicos en el Perú.

La cosa se ha puesto tan fea en cuanto al contenido de las propuestas de los políticos evangélicos, y sus formas de actuación son tan impresentables, que hace un par de días, un conocido pastor pentecostal, Darío López, se hacía la pregunta en una de sus publicaciones en Facebook: «¿Y este señor? ¿En serio es evangélico?», reaccionando a uno más de los disparates políticos del congresista Alejandro Muñante.

Los juegos de la democracia nos dirán que es legal que la sociedad organizada en movimientos y partidos políticos brinde su aporte, por ejemplo, en el campo de las políticas públicas o en el caso de las religiones, promoviendo un ideario o una doctrina social. Sin embargo, cuando la sociedad siente que necesita protección de las pretensiones totalitarias de las religiones que buscan restringir el avance de los derechos humanos, o cuando se quiere imponer una visión de un grupo religioso en particular a toda la ciudadanía, restringiendo las libertades, entonces, estamos en problemas y en serios problemas.

Para terminar esta nota mientras preguntamos a nuestra audiencia qué opinan acerca de si los grupos religiosos, como los evangélicos, deberían o no participar en política de una manera confesional, les dejamos el enlace a un video publicado por el Observatorio de los Fundamentalismos, del Centro de Investigación en Religión y Política – CIERP, en donde la congresista, también evangélica, Milagros Jáuregui ofende abiertamente a la comunidad LGBTIQ+, señalando que cuando están con unas copas encima, estas personas actúan como animales, refiriéndose a su vida sexual. ¿Cuánto más deberemos seguir soportando como ciudadanía los abusos, la ignorancia y la estrechez de corazón de los representantes y autoridades evangélicas y sus ofensivas y estrambóticas formas de pensar y hacer política? ¡Parece que no tienen vergüenza!: https://youtu.be/AQb9iOjtK14

Jimmy el Bautista: Carter redefinió lo “evangélico”, desde las campañas en favor de los derechos raciales y de las mujeres

Artículo

PLAINS, Georgia, EE.UU. (AP) — Antes de alcanzar el acuerdo de paz de 1978 entre el egipcio Anwar Sadat y el israelí Menachem Begin, Jimmy Carter pasó meses de intensa preparación, negociaciones de alto riesgo en Camp David y una visita al campo de batalla de Gettysburg para demostrar las consecuencias de la guerra.

Jimmy el Bautista: Carter redefinió lo “evangélico”, desde las campañas hasta la raza y los derechos de las mujeres
ARCHIVO – El candidato demócrata Jimmy Carter estrecha la mano de los feligreses en el exterior de la Iglesia Bautista Plains, en Plains, Georgia, el 18 de julio de 1976. (Foto AP/Peter Bregg, Archivo)


Por  Bill Barrow Associated Press

PLAINS, Georgia, EE.UU. (AP) — Antes de alcanzar el acuerdo de paz de 1978 entre el egipcio Anwar Sadat y el israelí Menachem Begin, Jimmy Carter pasó meses de intensa preparación, negociaciones de alto riesgo en Camp David y una visita al campo de batalla de Gettysburg para demostrar las consecuencias de la guerra.

Pero al recordar su logro más celebrado en política exterior, el 39º presidente dijo que la diplomacia intrincada no fue, en última instancia, el factor decisivo.

“Finalmente llegamos a un acuerdo porque todos compartíamos la fe en el mismo Dios”, dijo Carter al biógrafo Jonathan Alter, mientras rastreaba los orígenes de su cristianismo, el judaísmo de Begin y el islamismo de Sadat, hasta su ancestro común en los textos sagrados de cada religión. “Todos nos considerábamos hijos de Abraham”.

Carter, quien murió el domingo a los 100 años, era ampliamente conocido como un hombre de fe, especialmente después de que su largo período postpresidencial fuera definido por imágenes del maestro de la Escuela Dominical Bautista construyendo casas para personas de bajos ingresos y luchando contra enfermedades en todo el mundo en desarrollo.

Sin embargo, más allá de la piedad y el servicio, el demócrata de Georgia se destacó desde sus primeros días en el escenario nacional con explicaciones inusualmente prolíficas y matizadas de sus creencias. Carter citó a Jesús y a teólogos famosos y conectó todo eso con sus objetivos políticos, viviendo su propia definición de lo que significa ser un autoproclamado cristiano, en la política estadounidense.

“La mayoría de la gente va a Washington en busca de su propio poder”, dijo David Gergen, asesor de la Casa Blanca de cuatro presidentes. “Carter fue a Washington en busca de nuestra alma nacional. Eso no significa que los otros no tuvieran buenas intenciones, pero para Jimmy Carter simplemente parecía un propósito diferente”.

¿Qué pasó cuando Carter describió su fe a la revista ‘Playboy’?

Como candidato en 1976, Carter se describió a sí mismo como un “cristiano nacido de nuevo”. Basándose en el Nuevo Testamento, la referencia es habitual para muchos protestantes del Sur que creen que seguir a Jesús significa adoptar una nueva versión de uno mismo. Para los medios nacionales y los votantes que no están familiarizados con el léxico evangélico, Carter se convirtió en una curiosidad.

“Nos considerábamos unos marginados culturales” como evangélicos a mediados de los años 70, dijo el profesor del Dartmouth College Randall Balmer, quien ha escrito extensamente sobre la fe de Carter. El movimiento evangélico todavía no se había convertido en una fuerza política mayormente alineada con los republicanos, y “que alguien usara nuestro lenguaje [evangélico] para describirse a sí mismo y aun así fuera tomado en serio como candidato presidencial”, dijo Balmer, “era realmente sorprendente”.

Carter utilizó su presidencia para poner de relieve los derechos humanos en la política exterior estadounidense , defender la conservación del medio ambiente y oponerse a los conflictos militares. Criticó la codicia y el consumismo estadounidenses y realizó proselitismo ante otros líderes mundiales.

Carter continuó con este enfoque durante décadas a través del Centro Carter y sus esfuerzos globales en favor de la paz, la democracia y la salud pública. Cuando tenía más de 90 años, Carter criticó al militarismo estadounidense y resaltó uno de los apodos bíblicos de Jesús: “Príncipe de Paz”.

“Llevaba su fe consigo cada minuto de cada día y la ponía en práctica cada minuto de cada día”, dijo Jill Stuckey, residente de Plains y amiga de mucho tiempo de Carter y su esposa, Rosalynn, quien murió en noviembre de 2023 a los 96 años .

La fe de Carter insistía en el servicio público por encima de la política

El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, asistió a algunas de las lecciones religiosas de Carter en Plains, Georgia, y buscó el consejo del expresidente durante su propia campaña en 2020. Dijo que Carter elevó la fe más allá de las divisiones partidistas .

“Hay muchos conservadores que parecen usar la Biblia casi como un arma o un garrote, y hay muchos liberales que parecen usar la fe principalmente como una forma de señalar desesperadamente que no son malas personas”, dijo Buttigieg a The Associated Press. “El presidente Carter demostró una tercera cosa: la fe que te llama a ser útil a los demás”.

El evangelismo descarado de Carter era una excepción en un Partido Demócrata que se volvió más secular y pluralista durante su  vida pública. Sin embargo, Carter defendía la “absoluta y total separación entre la Iglesia y el Estado” y se oponía a que se destinaran fondos públicos a escuelas religiosas. Admiraba personalmente al reverendo Billy Graham, pero consideraba “inapropiado” invitar al principal evangélico del país a dirigir los servicios de oración en la Casa Blanca, como lo hizo Graham para gobiernos anteriores.

Carter se distinguió aún más de muchos evangélicos al criticar el trato que Israel da a los palestinos y al adoptar posturas liberales sobre las relaciones raciales, los derechos de las mujeres y, a medida que envejecía, también a los derechos LGBTQ. En una ocasión describió cómo se sintió sorprendido cuando un “alto funcionario” de la Convención Bautista del Sur le dijo en la Oficina Oval: “Estamos orando, señor presidente, para que abandone su humanismo secular como religión”.

En sus últimos años, Carter “estaba contento con la etiqueta de ‘evangélico progresista’”, dijo Balmer.

¿Cómo llegó Carter a definir su fe?

Carter creció como hijo de un diácono de la Convención Bautista del Sur, una denominación conservadora fundada antes de la Guerra Civil como un grupo regional escindido que apoyaba la esclavitud. No cuestionó abiertamente las opiniones segregacionistas de su padre ni los orígenes supremacistas blancos de su denominación, y de joven no se consideraba evangélico. Pero tuvo contacto con las tradiciones evangélicas negras al visitar ocasionalmente la iglesia St. Mark AME, la congregación de las familias de agricultores arrendatarios que trabajaban las tierras de su padre.

“Pude ver el espíritu, la sinceridad y el fervor en sus servicios de adoración, algo que faltaba en nuestra iglesia en Plains”, escribió una vez Carter.

Décadas después, durante el Movimiento por los Derechos Civiles , Carter instó a su congregación en Plains que permitiese un culto integrado, pero él y Rosalynn se quedaron prácticamente solos. Carter era senador estatal en ese entonces y, notablemente, no ofreció una defensa tan explícita de la integración más allá de los muros de la iglesia.

Después de su fallida candidatura a gobernador en 1966, Carter estaba “desilusionado de la política y de la vida en general”, escribió. Su hermana Ruth, una conocida evangelista y sanadora por la fe , lo persuadió de ir a “misiones pioneras”. El futuro presidente tocó puertas para compartir el evangelio en Pensilvania y en los barrios hispanohablantes de Massachusetts. Llegó a ver estas estancias como un catalizador para “aplicar mi fe cristiana con mucha más regularidad a mi vida secular”.

Carter difundió su evangelio entre cantantes populares y líderes comunistas

Carter incluso llegó a compartir su cristianismo con Bob Dylan, en una sesión individual que el icónico cantante folk tuvo con el gobernador de Georgia en 1971.

En 1977, durante su primer viaje al exterior como presidente, Edward Gierek, el máximo dirigente de Polonia bajo el control soviético de Moscú invitó a Carter a hablar sin la presencia de sus ayudantes, según recordó Carter más tarde. Gierek se mostró “algo incómodo” al explicar que era ateo, en conformidad con el Kremlin, pero que quería aprender sobre el cristianismo. Así que Carter compartió algunos principios cristianos y “le preguntó si consideraría aceptar a Jesucristo como su salvador personal”.

Gierek respondió que no podía hacer una declaración pública y Carter escribió más tarde que “nunca supe cuál fue su decisión”. Pero en 1979, Gierek desoyó las órdenes de Moscú al permitir que el recién elegido Papa Juan Pablo II visitara su Polonia natal. El Kremlin depuso a Gierek en 1980, pero esa visita se convirtió en un momento decisivo en el papado de Juan Pablo II y sus esfuerzos por desmantelar la Unión Soviética.

En una cena en la Casa Blanca, Carter presionó al líder chino Deng Xiaoping para que permitiera la libertad de culto y de posesión de la Biblia y admitiera a misioneros estadounidenses. Xiaoping permitió las dos primeras, pero no lo último. En 2018, Carter señaló que las proyecciones indican que, para 2025, China tendrá más protestantes que Estados Unidos.

Y en Camp David, Carter oró a menudo y habló abiertamente sobre la fe con Begin y Sadat, desentrañando antiguas animosidades entre sus religiones.

Carter evolucionó en materia de igualdad de derechos y matrimonio homosexual

Cuando los Carter dejaron la Casa Blanca en 1981, hartos de las tensiones raciales que aún persistían en la Iglesia Bautista Plains, se trasladaron a la cercana Iglesia Bautista Maranatha , dijo Balmer. El funeral de Carter en su ciudad natal se llevará a cabo allí después de su servicio estatal en la Catedral Nacional de Washington.

Carter se desvinculó de los bautistas del sur dos décadas después, a la edad de 76 años, porque los líderes de la denominación, dijo, degradaban a las mujeres al considerarlas subordinadas a los hombres en el hogar, la iglesia y la sociedad en general. Carter permaneció en Maranatha, y señaló que los diáconos de la congregación estaban divididos de manera más o menos equitativa entre los sexos.

“Hay un hecho incontrovertible en la relación entre Jesucristo y las mujeres”, explicó Carter en su último libro, “Faith”, publicado en 2018. “Él las trató como iguales a los hombres, lo cual era radicalmente diferente de la costumbre imperante en la época”.

Carter fue más lento en su postura sobre cuestiones LGBTQ. En una entrevista de campaña de 1976 con la revista Playboy , dijo que consideraba que las relaciones sexuales fuera del matrimonio eran un pecado y, por lo tanto, no podía conciliar fácilmente la homosexualidad. La respuesta no contemplaba el matrimonio entre personas del mismo sexo como una institución civil o religiosa legítima.

Carter se preguntó: ¿Qué haría Jesús?

Sin embargo, a medida que se acercaba su 75 aniversario de bodas en 2021, Carter tenía una opinión diferente sobre el matrimonio sancionado por el gobierno y la iglesia para parejas del mismo sexo . “No tengo ninguna oposición”, dijo a AP, declarándose “muy liberal” en cualquier tema “que se relacione con los derechos humanos”. La sexualidad “seguirá siendo divisiva” dentro del cristianismo, predijo, “pero la iglesia está evolucionando”.

Buttigieg, un episcopal cuyo matrimonio entre personas del mismo sexo es reconocido por su iglesia, dijo que la voluntad de Carter de ser abierto sobre su fe, en toda su complejidad, proporciona un «tremendo ejemplo» para «una generación de cristianos que no creen que Dios pertenezca a ningún partido político».

La reverenda Bernice King , hija del asesinado líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr., elogió a Carter como un “hombre de paz y compasión” y argumentó que, a pesar de todos sus libros, exposiciones y lecciones de la escuela dominical, el bautista de Plains se mantuvo fiel a una fe sencilla.

“Observó la vida de Jesucristo y cómo Cristo interactuó con la gente”, dijo King. “Como líder, luchó con eso. Creo que se tomó en serio la pregunta: ‘¿Qué haría Jesús? ¿Qué haría alguien centrado en el amor?’”.


FUENTE: The Toronto Star, Enero 1, 2025 https://bit.ly/42fxEbZ originalmente en: https://apnews.com/article/jimmy-carter-baptist-faith-93343181bb9fac49723470c7e10561d1

Traducido al castellano por: Alberto Salazar Valle.

Conferencia

Un breve mensaje para recordarles que hoy jueves 18 de abril, a partir de las 8 pm, estaremos realizando la Conferencia «Grupos Económicos y Esclavitud Moderna en el Perú». En la parte que sigue a este mensaje estamos compartiendo el link de Zoom a través del cual podrás participar directamente en el evento.

 Fundación Wilberforce is inviting you to a scheduled Zoom meeting:

Topic: GRUPOS ECONOMICOS Y ESCLAVITUD MODERNA EN EL PERU: UTP, Sindicato de Profesores & SUNAFIL

Time: Apr 18, 2024 08:00 PM Lima

Join Zoom Meeting: https://carleton-ca.zoom.us/j/97354506552

Meeting ID: 973 5450 6552

Diálogos permanentes sobre fe y políticas públicas

¿Estás interesado en participar de una experiencia académica, interdisciplinaria, virtual y abierta al diálogo sobre las implicancias de la presencia de lo religioso en las políticas públicas a nivel mundial?

La Fundación Wilberforce está abriendo un cupo de 5 nuevas plazas para jóvenes investigadores que estén interesados de involucrarse en estos diálogos con expertos nacionales e internacionales en el estudio de las relaciones entre religión y política, con énfasis especial en políticas públicas.

Si este es tu tema de interés, comunícate con nosotros al correo: fundacionwilberforce@gmail.com o al Whatsapp del número +51999310855

Conferencia: 18 de abril

¿Sabías que la esclavitud no es solo un fenómeno de la historia antigua de la humanidad sino que también es un flagelo actual en medio de las economías modernas?

El jueves 18 de abril, estaremos organizando una Conferencia sobre este tema titulada: «Grupos económicos y principios de esclavitud moderna en el Perú». De manera más específica, estaremos analizando el caso de la eliminación del sindicato de profesores de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) y la decisión del Ministerio de Trabajo a través de la SUNAFIL.

Para ello estaremos dialogando con Edgardo Balbín Torres, abogado del Observatorio de Brasil y Augusto Medina Otazú, Secretario General del sindicato de profesores de la UTP (SINPRUTP).

Puedes participar de este conversatorio a través del Zoom, para lo cual puedes inscribirte al correo: fundacionwilberforce@gmail.com o al Whatsapp del 999310855.

William Wilberforce y el conflicto contra la maldad

Hendrikus Bekhof, en su libro «Cristo y los Poderes», resalta la presencia de los términos «los principados» y «las potestades» en el texto bíblico de Romanos 8: 38-39 («Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor.») Según el mismo autor, ambos términos se refieren «a un número de realidades, que son parte de nuestra existencia terrenal, y cuyo papel es uno de dominio», «estas potestades condicionan la vida terrenal» (pag. 22) «estos principados y potestades gobiernan sobre los hombres; o más bien los poderes son las estructuras» (pag. 24) De manera concreta, estos principados y potestades se traducen en:

«El estado, la política, las clases, la lucha social, los intereses nacionales, la opinión pública, la moralidad aceptada, las ideas en cuanto a la decencia, la humanidad, la democracia- estas cosas dan unidad y dirección a miles de vidas. Con todo, precisamente porque dan unidad y dirección separan muchas vidas del Dios verdadero; les hacen creer que han encontrado el significado de la existencia, mientras que la realidad es que las aleja del verdadero significado.»

H. Berkhof – Cristo y los poderes (pag. 37)
William Wilberforce, pintado por John Russell, sosteniendo una copia del Proyecto de ley para la abolición de la trata de esclavos

El mundo «normalizado» de la esclavitud afrodescendiente y del comercio esclavo, base de la economía de la Gran Bretaña del siglo XVIII, fue parte de la realidad que le tocó vivir a William Wilberforce. En medio de la primacía de esos poderes, Wilberforce luchó contra corriente, contra los intereses económicos de un imperio, contra la anuencia de una religión oficial (anglicana) que justificaba y guardaba silencio cómplice ante las atrocidades del comercio humano y la explotación a la que se vieron sometidos. No fueron tiempos fáciles para Wilberforce. Era una voz disonante y discordante, casi un antipatriota, (El hombre más odiado de Inglaterra», llegaron a decir acerca de él) quien a través de sus iniciativas legislativas parecía que pretendía despojar a Gran Bretaña de una de sus fuentes de ganancia más importantes.

¿Por qué hizo esto William Wilberforce?

No hay un solo factor que explica el fenómeno Wilberforce, pero quiero resaltar la presencia de dos elementos muy importantes: la fe contestataria a la religión establecida, de la que participó William Wilberforce1 y que influyó en la elaboración de una teología política que fuese acorde con sus propias convicciones sociales. Y, en segundo lugar, fue también importante el conjunto de personas y organizaciones de las que se rodeó y donde participó activamente de la causa anti-esclavista. Estos nos deja por lo menos dos enseñanzas importantes:

  • Sí es importante qué tipo de literatura y enseñanza bíblica recibes o consumes al momento de decidir qué tipo de acción social o política vas a realizar. Porque si toda tu vida consumes materiales, por ejemplo, que te enseñan que no importa lo que pase en este mundo porque finalmente lo más valioso es lo que nos vaya a ocurrir cuando lleguemos al cielo porque allí habrán «calles de oro y mar de cristal». O si te dicen que el buen cristiano se somete a sus autoridades y no busca cambiar o cuestionar las condiciones existentes en un país. Imagínate lo que Wilberforce hubiera decidido hacer si hubiera estado consumiendo estas ideas «bíblicas» tan equivocadas o si se hubiera sometido a la presión de lo que cree la mayoría de cristianos en su congregación: pues, finalmente no hubiese hecho nada en contra del comercio esclavista o peor aún, lo hubiese defendido creyendo que esa era la voluntad de Dios.
  • De otro lado, es importante definir con qué tipo de personas te estás asociando. Si Wilberforce se hubiese rodeado de personas -cristianas o no- que hubiesen defendido el comercio esclavo, si hubiese dependido económicamente de ellos, si hubiese concurrido asiduamente a sus reuniones y si hubiese asumido su lenguaje y sus intereses de clase: pues hoy no estuviéramos escribiendo acerca de Wilberforce como un héroe de la fe, sino como un defensor más del colonialismo, la injusticia y la maldad.

Los «poderes» y «potestades» que Wilberforce tuvo que enfrentar

Detrás de la lucha contra la esclavitud y el comercio de esclavos, se escondían, en las corrientes ideológicas de los tiempos de Wilberforce, varias maneras de pensar; estructuras mentales que eran muy comunes y muy aceptadas en esos momentos. Estas «estructuras» [gr. stoicheas] se erigían no solo como obstáculos a la acción liberadora de Dios, sino que ejercían presión sobre la conciencia de Wilberforce y hasta podrían haber hecho dudar al propio William, acerca de si valía la pena seguir en esa lucha, si no sería una pérdida de tiempo, de dinero y de amigos el seguir persistentemente insistiendo con sus investigaciones sobre el comercio esclavo, seguir elaborando sus proyectos legislativos y seguir ejerciendo su capacidad de hacer incidencia entre los políticos de turno en favor de la justicia y la libertad. Ejemplos de estas «potestades» y «principados» son:

  • El colonialismo: la idea (antigua y contemporánea) de que hay poderes humanos que se sienten con derecho a imponer a otras personas, grupos o naciones, un curso de acción determinado, por medio del cual no son capaces de tomar sus propias decisiones, sino que están bajo la influencia y el control ideológico, político o económico de la potencia colonial.
  • El racismo: la ideología destructiva que señala la supuesta superioridad de una raza, etnia o civilización respecto de otras. Esta sensación de superioridad, generalmente está asociada al color de la piel, las costumbres culturales, el idioma o las creencias religiosas de una población.
  • La esclavitud o el comercio humano: desde tiempos inmemoriales el sistema esclavista ha sido un modo de producción real y existente en las relaciones sociales de producción a nivel mundial. Los países coloniales de han sentido con el derecho y la autoridad de disponer de las vidas de las personas derrotadas militarmente, como si fueran mercancías. Durante los orígenes del cristianismo el sistema esclavista se mantuvo vigente, a pesar del constante llamado del Nuevo Testamento a la igualdad entre todas las personas2
  • La normalización de la esclavitud en los tiempos del cristianismo medieval e incluso en los orígenes de la época moderna, contando con el silencio y/o la complicidad de la religión cristiana frente al tema de la esclavitud.

Wilberforce supo enfrentarse a todas ellas en el nombre del Señor, y finalmente, la gloria de Dios se manifestó en las estructuras históricas, políticas y económicas de la Gran Bretaña del siglo XIX. Una vida gastada e invertida en la búsqueda de la justicia. ¡Un verdadero héroe de la fe!

  1. Al respecto, la página web de biteproject señala lo siguiente: «Entre 1790 y 1830 participó de la Clapham Sect, un grupo de cristianos evangélicos que hizo campaña contra la esclavitud y apoyó el trabajo misionero en Inglaterra y sus colonias.» Sobre la influencia de la Clapham Sect, los cuáqueros y otras organizaciones disidentes a la iglesia anglicana (high church) estaré compartiendo en próximos artículos.  https://biteproject.com/william-wilberforce/ ↩︎
  2. Respecto a la propuesta novedosa del Nuevo Testamento respecto de la esclavitud, es recomendable la lectura de la Epístola del apóstol Pablo a Filemon. ↩︎