¿Deben los evangélicos participar en política?

Al observar el comportamiento político de la mayoría de representantes evangélicos en el Congreso, y en general, el de las autoridades evangélicas en los diferentes espacios de poder a nivel nacional, uno se queda pensando si los evangélicos realmente deberían participar en política.

Hace unos años, el debate sobre la participación evangélica en política tenía una connotación de reivindicación del derecho de una minoría religiosa a verse representada en el espacio público. Mientras que, el día de hoy, el debate es más bien si los evangélicos que han conquistado lugares de representación pública, reflejan un mínimo de la ética evangélica que durante casi 150 años ha caracterizado la reflexión y el quehacer de las y los evangélicos en el Perú.

La cosa se ha puesto tan fea en cuanto al contenido de las propuestas de los políticos evangélicos, y sus formas de actuación son tan impresentables, que hace un par de días, un conocido pastor pentecostal, Darío López, se hacía la pregunta en una de sus publicaciones en Facebook: «¿Y este señor? ¿En serio es evangélico?», reaccionando a uno más de los disparates políticos del congresista Alejandro Muñante.

Los juegos de la democracia nos dirán que es legal que la sociedad organizada en movimientos y partidos políticos brinde su aporte, por ejemplo, en el campo de las políticas públicas o en el caso de las religiones, promoviendo un ideario o una doctrina social. Sin embargo, cuando la sociedad siente que necesita protección de las pretensiones totalitarias de las religiones que buscan restringir el avance de los derechos humanos, o cuando se quiere imponer una visión de un grupo religioso en particular a toda la ciudadanía, restringiendo las libertades, entonces, estamos en problemas y en serios problemas.

Para terminar esta nota mientras preguntamos a nuestra audiencia qué opinan acerca de si los grupos religiosos, como los evangélicos, deberían o no participar en política de una manera confesional, les dejamos el enlace a un video publicado por el Observatorio de los Fundamentalismos, del Centro de Investigación en Religión y Política – CIERP, en donde la congresista, también evangélica, Milagros Jáuregui ofende abiertamente a la comunidad LGBTIQ+, señalando que cuando están con unas copas encima, estas personas actúan como animales, refiriéndose a su vida sexual. ¿Cuánto más deberemos seguir soportando como ciudadanía los abusos, la ignorancia y la estrechez de corazón de los representantes y autoridades evangélicas y sus ofensivas y estrambóticas formas de pensar y hacer política? ¡Parece que no tienen vergüenza!: https://youtu.be/AQb9iOjtK14