¿Son pocos los que se salvan?

Selección de textos de Rafael García Avilés, tomados de la página web “Llamados a ser libres”: www.rafaelj.net con listas de comentarios de Oscar Amat y León.

Lectura: Lucas 13: 22-30 NVI

22 Continuando su viaje a Jerusalén, Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por donde pasaba. 23 —Señor, ¿son pocos los que van a salvarse? —le preguntó uno. 24 —Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. 25 Tan pronto como el dueño de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, ustedes desde afuera se pondrán a golpear la puerta, diciendo: “¡Señor, ábrenos!”. Pero él les contestará: “No sé de dónde son ustedes”. 26 Entonces dirán: “Comimos y bebimos contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas”. 27 Pero él les contestará: “Les repito que no sé de dónde son ustedes. ¡Apártense de mí, todos ustedes hacedores de injusticia!”. 28 »Allí habrá llanto y crujir de dientes cuando vean en el reino de Dios a Abraham, Isaac, Jacob y a todos los profetas, mientras a ustedes los echan fuera. 29 Habrá quienes lleguen del oriente y del occidente, del norte y del sur, y participarán en el banquete en el reino de Dios. 30 En efecto, hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

CUATRO COSAS BIEN DICHAS:

  1. ¿Son pocos los que se salvan?

            «Por culpa de equivocadas respuestas a esta pregunta, muchos creyentes han vivido angustiados en los últimos dos mil años, y esa angustia les ha impedido gozar de la alegría de la salvación: el miedo al castigo eterno y la imagen de un Dios justiciero y vengativo les han impedido gozar de la dicha de saber que Dios es un Padre bueno que no es capaz más que de hacer el bien a sus hijos.»

  • Pululan los creyentes angustiados, incapaces de disfrutar de la alegría de la salvación y, por tanto, derramando aprensión como estilo de vida entre las personas que les rodean.
  • Se manifiestan como gentes con problemas de confianza para efectuar acciones en la realidad y, por tanto, generan inseguridad y temor entre quienes les rodean.
  • Son personas con miedo y temor de naturaleza religioso porque piensan que la mejor manera de ser buenos creyentes es tener la imagen de un ser controlador al lado suyo, que está verificando constantemente sus errores y fallas, al cual, en el momento que le dejen de complacer los va a descartar como un vaso desechable.

2. ¿Dónde está la salvación?

«La salvación, como el reino de Dios, no es una realidad perteneciente a la otra vida, al más allá, que sólo se puede alcanzar después de la muerte; la salvación del hombre consiste en participar de la vida de Dios, por lo que, desde el momento en que una persona acepta la fe en Jesús y se incorpora a la comunidad cristiana, recibe el Espíritu y puede llamar a Dios «Padre», desde ese mismo momento puede decir que ya está salvado.»

  • Los discursos religiosos tradicionales nos preparan tanto para la otra vida que terminamos perdiendo de vista la vida que nos ha tocado vivir.
  • Como consecuencia de ello, no solo desperdiciamos el tiempo que tenemos, sino que nos volvemos irrelevantes para el aquí y el ahora. No se puede contar para mucho con estas personas porque andan enfocados en la vida del «más allá».
  • De esta manera hemos pervertido la idea vital de salvación, en un principio de adormecimiento o de justificación de la inacción pensando que lo importante no es lo que pasa en la realidad, sino solo en «el otro mundo».

3. La famosa «puerta estrecha»

«El proyecto de Jesús, construir un mundo de hermanos, es una empresa capaz de entusiasmar a cualquiera; pero el entusiasmo, por sí solo, no basta; es necesario el esfuerzo, el compromiso personal con el proyecto de Jesús y la voluntad firme de asumir los riesgos que supone ponerse en el camino para seguir sus pasos.»

  • La renuncia al seguimiento del proyecto de Jesús (es decir, «el compromiso personal con la apasionante pero dura y conflictiva tarea de convertir este mundo en un mundo de hermanos» y hermanas) es una de las claves de la pérdida de vigencia de las iglesias en el mundo. Hemos reemplazado lo importante de la acción transformadora de Jesús por un desarrollo de programas eclesiales que intentan justificar la existencia de las iglesias y sus liderazgos. Imperios nada cristianos se siguen construyendo sobre la base de la traición al proyecto de Jesús.
  • Las iglesias comprometen a sus seguidores a trabajar para las instituciones religiosas, construyendo sus propios reinos en este mundo, y los seguidores terminan comiéndose el cuento para terminar -al final de sus días- dándose cuenta del engaño y, trasladando injustamente, la responsabilidad de su frustrada vida a la fe cristiana o a Dios mismo.
  • Otros y otras sí comprenden las implicancias del proyecto de Jesús, sin embargo, los riesgos que éste trae consigo: el llamado al cambio de vida, la pérdida de poder o de popularidad, la renuncia a ciertos beneficios, o las presiones que reciben de parte de los poderosos de este mundo, generan cobardía. En estas gentes más puede la comodidad que el atreverse a gastar e invertir la vida.
  • El cuento de la «puerta estrecha» termina siendo la clara llamada de muchos líderes religiosos a concentrarse en una espiritualidad desencarnada y desentendida respecto de los problemas reales de este mundo, que son los que Jesús quiere enfrentar con su proyecto del Reino de Dios.

4. El requisito o condición necesaria: la práctica de la justicia

            «Por eso, la puerta se mantendrá abierta a todos menos a los que practican la injusticia. La cuestión parece clara. Construir un mundo en el que todos seamos hermanos debe realizarse sobre una base previa: la práctica de la justicia. La fraternidad es la meta final; la implantación de justicia es una condición absolutamente necesaria, porque no puede haber salvación donde no hay justicia, no puede haber hermandad si las relaciones humanas no se fundan en el respeto a los derechos inalienables de las personas.»

  • La puerta es estrecha, pero todos y todas pueden entrar, con una condición: la búsqueda de la práctica de la justicia. Porque no puede haber comunidad fraternal ni sororal que no se base en la búsqueda de la justicia. No confesarlo así es una contradicción con la naturaleza de la práctica de Jesús.
  • Donde no hay práctica de la justicia, no hay proyecto de Jesús y tampoco hay salvación. Fuera de la justicia, no hay salvación. Puede haber instituciones religiosas, puede haber música, espectáculo y estridencia religiosa, pero no hay salvación.
  • Y la práctica de la justicia se relaciona concretamente con el respeto de los derechos y la dignidad humana. Allí donde campea el autoritarismo, la arbitrariedad, la impunidad, la violencia que viene del mal ejercicio del poder, las prebendas y beneficios personales, la vigencia de la corrupción, tantas veces bendecida por los líderes religiosos de nuestro tiempo, en todos estos casos, hasta pueden llamarse «iglesias», pero no hay salvación.

REFLEXIÓN FINAL:

«No. No basta con pertenecer a una organización que se llame cristiana. No es suficiente con poder mostrar un certificado de bautismo. Ni mucho menos alcanza al mínimo necesario decir que formamos parte y defendemos nuestra cultura cristiana. No tenemos más que ver cómo, en nuestra época, se presentan como “cristianas” organizaciones y personas, incluso algunos gobernantes, que promueven un modelo de convivencia y unas políticas que dan como resultado un orden mundial radicalmente injusto; y muchos de esos grupos y de esos gobernantes no dejan de referirse a sus convicciones y prácticas religiosas. Los que cierran la puerta de la salvación —es decir, a una vida digna y humana a otros seres humanos se están cerrando la puerta de entrada al reinado de Dios.»

Jimmy el Bautista: Carter redefinió lo “evangélico”, desde las campañas en favor de los derechos raciales y de las mujeres

Artículo

PLAINS, Georgia, EE.UU. (AP) — Antes de alcanzar el acuerdo de paz de 1978 entre el egipcio Anwar Sadat y el israelí Menachem Begin, Jimmy Carter pasó meses de intensa preparación, negociaciones de alto riesgo en Camp David y una visita al campo de batalla de Gettysburg para demostrar las consecuencias de la guerra.

Jimmy el Bautista: Carter redefinió lo “evangélico”, desde las campañas hasta la raza y los derechos de las mujeres
ARCHIVO – El candidato demócrata Jimmy Carter estrecha la mano de los feligreses en el exterior de la Iglesia Bautista Plains, en Plains, Georgia, el 18 de julio de 1976. (Foto AP/Peter Bregg, Archivo)


Por  Bill Barrow Associated Press

PLAINS, Georgia, EE.UU. (AP) — Antes de alcanzar el acuerdo de paz de 1978 entre el egipcio Anwar Sadat y el israelí Menachem Begin, Jimmy Carter pasó meses de intensa preparación, negociaciones de alto riesgo en Camp David y una visita al campo de batalla de Gettysburg para demostrar las consecuencias de la guerra.

Pero al recordar su logro más celebrado en política exterior, el 39º presidente dijo que la diplomacia intrincada no fue, en última instancia, el factor decisivo.

“Finalmente llegamos a un acuerdo porque todos compartíamos la fe en el mismo Dios”, dijo Carter al biógrafo Jonathan Alter, mientras rastreaba los orígenes de su cristianismo, el judaísmo de Begin y el islamismo de Sadat, hasta su ancestro común en los textos sagrados de cada religión. “Todos nos considerábamos hijos de Abraham”.

Carter, quien murió el domingo a los 100 años, era ampliamente conocido como un hombre de fe, especialmente después de que su largo período postpresidencial fuera definido por imágenes del maestro de la Escuela Dominical Bautista construyendo casas para personas de bajos ingresos y luchando contra enfermedades en todo el mundo en desarrollo.

Sin embargo, más allá de la piedad y el servicio, el demócrata de Georgia se destacó desde sus primeros días en el escenario nacional con explicaciones inusualmente prolíficas y matizadas de sus creencias. Carter citó a Jesús y a teólogos famosos y conectó todo eso con sus objetivos políticos, viviendo su propia definición de lo que significa ser un autoproclamado cristiano, en la política estadounidense.

“La mayoría de la gente va a Washington en busca de su propio poder”, dijo David Gergen, asesor de la Casa Blanca de cuatro presidentes. “Carter fue a Washington en busca de nuestra alma nacional. Eso no significa que los otros no tuvieran buenas intenciones, pero para Jimmy Carter simplemente parecía un propósito diferente”.

¿Qué pasó cuando Carter describió su fe a la revista ‘Playboy’?

Como candidato en 1976, Carter se describió a sí mismo como un “cristiano nacido de nuevo”. Basándose en el Nuevo Testamento, la referencia es habitual para muchos protestantes del Sur que creen que seguir a Jesús significa adoptar una nueva versión de uno mismo. Para los medios nacionales y los votantes que no están familiarizados con el léxico evangélico, Carter se convirtió en una curiosidad.

“Nos considerábamos unos marginados culturales” como evangélicos a mediados de los años 70, dijo el profesor del Dartmouth College Randall Balmer, quien ha escrito extensamente sobre la fe de Carter. El movimiento evangélico todavía no se había convertido en una fuerza política mayormente alineada con los republicanos, y “que alguien usara nuestro lenguaje [evangélico] para describirse a sí mismo y aun así fuera tomado en serio como candidato presidencial”, dijo Balmer, “era realmente sorprendente”.

Carter utilizó su presidencia para poner de relieve los derechos humanos en la política exterior estadounidense , defender la conservación del medio ambiente y oponerse a los conflictos militares. Criticó la codicia y el consumismo estadounidenses y realizó proselitismo ante otros líderes mundiales.

Carter continuó con este enfoque durante décadas a través del Centro Carter y sus esfuerzos globales en favor de la paz, la democracia y la salud pública. Cuando tenía más de 90 años, Carter criticó al militarismo estadounidense y resaltó uno de los apodos bíblicos de Jesús: “Príncipe de Paz”.

“Llevaba su fe consigo cada minuto de cada día y la ponía en práctica cada minuto de cada día”, dijo Jill Stuckey, residente de Plains y amiga de mucho tiempo de Carter y su esposa, Rosalynn, quien murió en noviembre de 2023 a los 96 años .

La fe de Carter insistía en el servicio público por encima de la política

El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, asistió a algunas de las lecciones religiosas de Carter en Plains, Georgia, y buscó el consejo del expresidente durante su propia campaña en 2020. Dijo que Carter elevó la fe más allá de las divisiones partidistas .

“Hay muchos conservadores que parecen usar la Biblia casi como un arma o un garrote, y hay muchos liberales que parecen usar la fe principalmente como una forma de señalar desesperadamente que no son malas personas”, dijo Buttigieg a The Associated Press. “El presidente Carter demostró una tercera cosa: la fe que te llama a ser útil a los demás”.

El evangelismo descarado de Carter era una excepción en un Partido Demócrata que se volvió más secular y pluralista durante su  vida pública. Sin embargo, Carter defendía la “absoluta y total separación entre la Iglesia y el Estado” y se oponía a que se destinaran fondos públicos a escuelas religiosas. Admiraba personalmente al reverendo Billy Graham, pero consideraba “inapropiado” invitar al principal evangélico del país a dirigir los servicios de oración en la Casa Blanca, como lo hizo Graham para gobiernos anteriores.

Carter se distinguió aún más de muchos evangélicos al criticar el trato que Israel da a los palestinos y al adoptar posturas liberales sobre las relaciones raciales, los derechos de las mujeres y, a medida que envejecía, también a los derechos LGBTQ. En una ocasión describió cómo se sintió sorprendido cuando un “alto funcionario” de la Convención Bautista del Sur le dijo en la Oficina Oval: “Estamos orando, señor presidente, para que abandone su humanismo secular como religión”.

En sus últimos años, Carter “estaba contento con la etiqueta de ‘evangélico progresista’”, dijo Balmer.

¿Cómo llegó Carter a definir su fe?

Carter creció como hijo de un diácono de la Convención Bautista del Sur, una denominación conservadora fundada antes de la Guerra Civil como un grupo regional escindido que apoyaba la esclavitud. No cuestionó abiertamente las opiniones segregacionistas de su padre ni los orígenes supremacistas blancos de su denominación, y de joven no se consideraba evangélico. Pero tuvo contacto con las tradiciones evangélicas negras al visitar ocasionalmente la iglesia St. Mark AME, la congregación de las familias de agricultores arrendatarios que trabajaban las tierras de su padre.

“Pude ver el espíritu, la sinceridad y el fervor en sus servicios de adoración, algo que faltaba en nuestra iglesia en Plains”, escribió una vez Carter.

Décadas después, durante el Movimiento por los Derechos Civiles , Carter instó a su congregación en Plains que permitiese un culto integrado, pero él y Rosalynn se quedaron prácticamente solos. Carter era senador estatal en ese entonces y, notablemente, no ofreció una defensa tan explícita de la integración más allá de los muros de la iglesia.

Después de su fallida candidatura a gobernador en 1966, Carter estaba “desilusionado de la política y de la vida en general”, escribió. Su hermana Ruth, una conocida evangelista y sanadora por la fe , lo persuadió de ir a “misiones pioneras”. El futuro presidente tocó puertas para compartir el evangelio en Pensilvania y en los barrios hispanohablantes de Massachusetts. Llegó a ver estas estancias como un catalizador para “aplicar mi fe cristiana con mucha más regularidad a mi vida secular”.

Carter difundió su evangelio entre cantantes populares y líderes comunistas

Carter incluso llegó a compartir su cristianismo con Bob Dylan, en una sesión individual que el icónico cantante folk tuvo con el gobernador de Georgia en 1971.

En 1977, durante su primer viaje al exterior como presidente, Edward Gierek, el máximo dirigente de Polonia bajo el control soviético de Moscú invitó a Carter a hablar sin la presencia de sus ayudantes, según recordó Carter más tarde. Gierek se mostró “algo incómodo” al explicar que era ateo, en conformidad con el Kremlin, pero que quería aprender sobre el cristianismo. Así que Carter compartió algunos principios cristianos y “le preguntó si consideraría aceptar a Jesucristo como su salvador personal”.

Gierek respondió que no podía hacer una declaración pública y Carter escribió más tarde que “nunca supe cuál fue su decisión”. Pero en 1979, Gierek desoyó las órdenes de Moscú al permitir que el recién elegido Papa Juan Pablo II visitara su Polonia natal. El Kremlin depuso a Gierek en 1980, pero esa visita se convirtió en un momento decisivo en el papado de Juan Pablo II y sus esfuerzos por desmantelar la Unión Soviética.

En una cena en la Casa Blanca, Carter presionó al líder chino Deng Xiaoping para que permitiera la libertad de culto y de posesión de la Biblia y admitiera a misioneros estadounidenses. Xiaoping permitió las dos primeras, pero no lo último. En 2018, Carter señaló que las proyecciones indican que, para 2025, China tendrá más protestantes que Estados Unidos.

Y en Camp David, Carter oró a menudo y habló abiertamente sobre la fe con Begin y Sadat, desentrañando antiguas animosidades entre sus religiones.

Carter evolucionó en materia de igualdad de derechos y matrimonio homosexual

Cuando los Carter dejaron la Casa Blanca en 1981, hartos de las tensiones raciales que aún persistían en la Iglesia Bautista Plains, se trasladaron a la cercana Iglesia Bautista Maranatha , dijo Balmer. El funeral de Carter en su ciudad natal se llevará a cabo allí después de su servicio estatal en la Catedral Nacional de Washington.

Carter se desvinculó de los bautistas del sur dos décadas después, a la edad de 76 años, porque los líderes de la denominación, dijo, degradaban a las mujeres al considerarlas subordinadas a los hombres en el hogar, la iglesia y la sociedad en general. Carter permaneció en Maranatha, y señaló que los diáconos de la congregación estaban divididos de manera más o menos equitativa entre los sexos.

“Hay un hecho incontrovertible en la relación entre Jesucristo y las mujeres”, explicó Carter en su último libro, “Faith”, publicado en 2018. “Él las trató como iguales a los hombres, lo cual era radicalmente diferente de la costumbre imperante en la época”.

Carter fue más lento en su postura sobre cuestiones LGBTQ. En una entrevista de campaña de 1976 con la revista Playboy , dijo que consideraba que las relaciones sexuales fuera del matrimonio eran un pecado y, por lo tanto, no podía conciliar fácilmente la homosexualidad. La respuesta no contemplaba el matrimonio entre personas del mismo sexo como una institución civil o religiosa legítima.

Carter se preguntó: ¿Qué haría Jesús?

Sin embargo, a medida que se acercaba su 75 aniversario de bodas en 2021, Carter tenía una opinión diferente sobre el matrimonio sancionado por el gobierno y la iglesia para parejas del mismo sexo . “No tengo ninguna oposición”, dijo a AP, declarándose “muy liberal” en cualquier tema “que se relacione con los derechos humanos”. La sexualidad “seguirá siendo divisiva” dentro del cristianismo, predijo, “pero la iglesia está evolucionando”.

Buttigieg, un episcopal cuyo matrimonio entre personas del mismo sexo es reconocido por su iglesia, dijo que la voluntad de Carter de ser abierto sobre su fe, en toda su complejidad, proporciona un «tremendo ejemplo» para «una generación de cristianos que no creen que Dios pertenezca a ningún partido político».

La reverenda Bernice King , hija del asesinado líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr., elogió a Carter como un “hombre de paz y compasión” y argumentó que, a pesar de todos sus libros, exposiciones y lecciones de la escuela dominical, el bautista de Plains se mantuvo fiel a una fe sencilla.

“Observó la vida de Jesucristo y cómo Cristo interactuó con la gente”, dijo King. “Como líder, luchó con eso. Creo que se tomó en serio la pregunta: ‘¿Qué haría Jesús? ¿Qué haría alguien centrado en el amor?’”.


FUENTE: The Toronto Star, Enero 1, 2025 https://bit.ly/42fxEbZ originalmente en: https://apnews.com/article/jimmy-carter-baptist-faith-93343181bb9fac49723470c7e10561d1

Traducido al castellano por: Alberto Salazar Valle.